Mi miedo no es la vida...
¡Ay! si la vivo con delirio.
Mi miedo no es la muerte...
¡Ay! si hay veces que la ansío.
Mi miedo es no tenerte
y sentir en mi pecho este vacío.
-
No necesito volar o bajar una estrella,
ni poder ni opulentas riquezas,
ni ser más astuto o rodearme de gentilesas.
No necesito un mundo mejor.
-
Me quedo con los pequeños momentos,
con los buenos amigos, algún retrato perdido;
la memoria de los seres imperfectos ya idos.
-
Me quedo con los pequeños recuerdos
de los grandes ensueños despiertos
que quedaron dormidos en un sitio pasado.
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Con todo lo que no se ha cumplido,
que hoy cabe, junto con todo, en un bolsillo;
no me arrepiento de lo sentido y lo vivido.
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No necesito la adulación de una mirada sombría,
prefiero ser alegría, aunque sea un instante,
de un par de manos frías...
-
No necesito grandes logros en un estante,
ni ser importante en la ciudad
de la felicidad distante.
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Sólo pido que el tiempo no me encuentre
sin rumbo fijo y me señale con sus agujas de humo,
navegando en la soledad de las palabras mediocres.
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Mi miedo no es la vida...
¡Ay! si la vivo con delirio.
Mi miedo no es la muerte...
¡Ay! si hay veces que la ansío.
Mi miedo es no tenerte
y sentir en mi pecho este vacío.
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